Isabel Díez Serrano o el manantial de décimas en “Me contaron un cantar”

(Me contaron un cantar, glosas en décimas, de Isabel Díez Serrano, Ediciones Deslinde, Madrid, 2020).

Cuando las bellas creaciones poéticas de Isabel Díez Serrano se alían con el afecto de una amistad transparente y la admiración que este comentarista siente por la autora, escribir sobre una obra suya que merece aún más resonancia que la que ya tiene, es una delectación tan entrañable que muy pocos la disfrutan en su caminar cotidiano. Por eso, lleno mi psique de entusiasmo y doy a conocer a los posibles lectores el mundo real de este poemario de una actualidad total.

Magistral y de necesaria lectura es este libro que nos da a conocer, en las exposiciones de su creadora, los sentimientos, pensamientos, reflexiones… de esta poeta en continua catarsis con la poesía, como compromiso leal y fructífero con el presente, de cuya sangre, como sabemos, ya se está alimentando el mañana.                              

La poesía de la poeta madrileña, afincada en San Lorenzo de El Escorial, Isabel Díez Serrano, es inmensamente profunda, auténtica, y sin adornos superfluos. Una poesía, la suya, desprovista de ese ropaje que oculta la esencia de aquello que brota en los incontables valles y llanuras afortunadas por su capacidad productiva, creadora, allá en los interiores de su ser pletóricos de ingenio, vivacidad y claridades. En definitiva, la poesía de Isabel Díez tiene, desde sus raíces, un ímpetu que nada ni nadie han podido amansar.

Sí. Nuestra poeta irradia tal energía, percibida también, con suma integridad y pureza, en sus versos, como es habitual en aquellas personas, poetas que aman la poesía por encima de todo cuanto en el mundo existe. Energía esta que nos envuelve, nos penetra, nos colma de ese entusiasmo y valor del guerrero de la positividad, tan cálidos como transparentes y maravillosos, que todos los humanos anhelamos poseerlos y ejercitarlos por los caminos de la vida…, impregnándonos, al mismo tiempo, de ese encanto que nos transforma en soles capaces de sentir los inaudibles latidos de la beldad en aquello que sucede o hace acto de presencia en el orbe, pero que es inapreciable o indiferente para la mayoría de los hombres y mujeres por diminuto o cotidiano.

Me contaron un cantar está escrito en décimas (318) arracimadas en 80 glosas. Los versos que inician estas glosas son de: mis queridos amigos poetas admirados Fredo Arias, Francisco Henríquez, Clara Lecuona, la propia autora… La décima es un tipo de estrofa utilizada frecuentemente dentro de la poesía popular española e hispanoamericana (Cuba, México, Chile…), particularmente dentro de la improvisación (payas), y su denominación se debe a que está constituida por estrofas de diez versos octosílabos, con rima consonante.

La décima espinela es una estrofa de diez versos octosílabos creada por el músico y poeta del Siglo de Oro Vicente Martínez Espinel (Ronda, Málaga, 1550 / Madrid, 1624), en el año 1591. Este ilustre rondeño publicó la primera edición de su libro Diversas rimas, en dicho año. En su memoria, el primer Instituto de Bachillerato de la provincia de Málaga, situado en la calle Gaona de dicha ciudad, lleva su nombre desde 1956.

Antecede a las glosas, “Pórtico”, escrito por Isabel Díez Serrano. En él, nos refiere que “tiene la glosa una belleza formidable, es como un cuadro que comienza con los primeros trazos de un pintor y la pintura debe ser acabada por otro artista de mano segura, artífice que ofrece la obra de arte y donde abre la glosa el universo trascendental y transgresor que la sostiene”. “La glosa soberbia y galante va en las sendas de la cubanía”, prólogo de Odalys Leyva Rosabal a Parnaso de la Glosa Cubana (Endymión, Madrid 2019). 

Poeta Isabel Díez Serrano.

Isabel Díez Serrano es una poeta inimitable, una poeta múltiple, una poeta crítica, una poeta superior. Sí, nuestra poeta es una figura prominente de la vanguardia poética internacional. Díez Serrano, que es tan perceptiva a nivel sensorial e introspectivo, por naturaleza, como ingeniosa y penetrante y metafísica con la palabra, desarrolla su trayectoria madura entre sus calidades íntimas y el arte conceptual de la poesía. En esta obra, nuestra poeta, canta a la vida, al amor, desde el gozo y el lamento líricos, y a los recuerdos, a la angustia existencial y a la belleza, a ciertos poetas amigos y a los sueños…

De la poética de Isabel Díez, se deduce que la poesía es una forma de encontrarse la poeta consigo misma, con el mundo y con los demás seres que en él vivimos. Para nuestra poeta, la poesía no es algo que se ve o se mira, sino la luz que nos permite ver y mirar. Y lo que vemos y miramos son nuestros adentros o la vida. Es decir, ver y mirar y observar lo que la mayoría no ve, ni mira, ni observa…, captándolo, entendiéndolo y asimilándolo para, después, darle forma y contenido con un lenguaje poético bello, fluido y caudaloso. Esta expresión del contenido es plenamente estética y expresiva, sorprendente y rítmica…, es decir, totalmente sustancial. Todo ello le permite a nuestra admirada poeta comunicarse con el lector.

Isabel Díez Serrano se expresa en Me contaron un cantar con una transparencia total. Esta forma de manifestarse posee una intensidad expresiva en constante ascensión, una belleza que sorprende, que atrae, un sincronismo sinfónico absolutamente cálido y penetrante y una tensión poética que proporciona al lector los estímulos vitales, en sus esencias y matizaciones, para seguir caminando.

Para Isabel, la décima es el poema más musical y perfecto del mundo. Escribir una o más décimas es producto de un enorme trabajo, pero maravilloso, que proporciona grandes satisfacciones a quien lo realice. La espinela usa imágenes y metáforas, y leerlas asiduamente obliga a una reflexión sistemática, no solamente lingüística en términos formales, sino que también interpretativa, que nos hace conscientes de lo que significa el uso del lenguaje. El lector que lee décimas se prepara en el método de la hermenéutica y, al conocerla, se adentra en todos los campos que conciernen la interpretación del significado. La diferencia entre un lector en sus inicios y otro más sofisticado es sobre todo el método, la capacidad de contextualizar y aclarar las cosas que consideramos ambiguas o de doble sentido.

En homenaje a la genial poeta Isabel Díez Serrano, escribí una espinela y un soneto que a continuación transcribo:

ISABEL DÍEZ SERRANO,O LA DÉCIMA

Me encuentro en el paraíso
de Isabel Díez Serrano,
luz y paz para el hermano
que en mi caminar preciso.
Desde tus versos, diviso
tu bondad, que me enamora,
al elevarse tu aurora
sobre mi vida engendrada
por el sol de tu mirada
pura que mi alma atesora.


ISABEL DÍEZ SERRANO

Luz increada es el alimento
que damos a los versos transparentes
creados, con prodigios, de simientes
feraces que se yerguen como aliento.

Con tus poemas vibra mi aposento,
donde atesoro tus fluidas fuentes
de oro, de sol, con luces sorprendentes,
que activa mi rosal en un momento.

Oh mi amiga Isabel, fruto en armonía
rítmica que ilumina mi camino,
con el mágico sol de tu valía

Eres mi gran amiga, en mi destino
de poeta rebelde y sin sombría,
que le canta a tu río cristalino.