Portico de “Me contaron un cantar”

Isabel Díez Serrano, portada de su libro "me contaron un cantar" (Deslinde, Madrid, 2019).

En esa danza sublime que es la poesía, la décima tiene elevados acordes, luminosidad que trasciende pues la música conmueve y gana seguidores que se identifican con ella. Esta estrofa logra esplendor en el siglo de Oro Español, y se ha convertido —al decir del poeta José Fornaris—, en nuestra estrofa nacional, albacea de armónicos que se utilizan para expresar la vida del campo y la ciudad, los fulgores existenciales, el arte y la historia en general en un don que convoca y aglutina a seres identificados con ella. Cuando un escritor se siente conmovido con una obra de otro autor, siente la necesidad de apoderarse de sus versos y hacer una obra de arte nueva, esplendidez que a través del tiempo y desde sus etapas iniciales ofrece la semilla de luz donde un nuevo árbol emerge, y donde la fascinación y la escritura son dos modos que entrelazan sus sentidos y permiten comprender el porte robusto y galante de la glosa. […]
En estas redondillas estaba la cubanía pero también el proceso de transculturación nombrado por Fernando Ortiz. Posteriormente se efectuó el primer encuentro de glosadores en México organizado por el Frente de Afirmación Hispanista. Dentro de los poetas glosadores publicados en el libro antes mencionado [Los guevos de Machu Picchu] estaban Francisco Henríquez e Ivonne Martín Sánchez (Estados Unidos-Cuba), María de Jesús Lozano Cáceres, de Gran Canaria, España; Rosamarina García Munive, de Perú; Isabel Díez Serrano, de Madrid, España; de Cuba, el pinareño Lorenzo Suárez Crespo y Odalys Leyva Rosabal, de Guáimaro, Camagüey. […]
Tiene la glosa una belleza formidable, es como un cuadro que comienza con los primeros trazos de un pintor y la pintura debe ser acabada por otro artista de mano segura, artífice que ofrece la obra de arte y donde abre la glosa el universo trascendental y transgresor que la sostiene.

«La glosa soberbia y galante va en las sendas de la cubanía», prólogo de Odalys Leyva Rosabal a Parnaso de la glosa cubana (Endymión, Madrid, 2019).

Así cobra sentido este último párrafo de Odalys Leyva, pues a mí me ha ocurrido; primero, aprender a glosar tan magníficamente como se hace actualmente en Cuba, sobre todo entre los compañeros ya nombrados, tanto de allí como de México o España. El estar durante varios años leyendo y escribiendo glosas, este último libro editado recientemente por Odalys con glosadores del siglo pasado y del presente, todo ello ha contribuido a desear y, con ganas, publicar parte de mis glosas hechas al alimón con Fredo Arias de la Canal y otros poetas afines. Glosas para ser leídas en voz alta, para compartir nuestro saber y nuestra alegría por este metro tan especial que tiene un sonido célico, y además tan castellano; no podemos olvidar a los creadores de la décima que ahora escribimos con el punto en el cuarto verso, y las rimas ABBA-AC-CDDC como hiciera Vicente Espinel, reconocido creador, aunque en verdad, investigadores de la lengua del Frente de Afirmación Hispanista como el catedrático de literatura Maximiano Trapero, José Julián Labrador, o el propio Presidente del Frente, Fredo Arias de la Canal, entre otros, nos dieron a conocer de que anteriormente a Espinel la escribió el sevillano Juan de Malara por los años de Cervantes y más, actualmente, continúa la investigación, habiendo sido la última nota de que anteriormente a este último también la escribió un poeta salmantino, hasta ahora de nombre desconocido, por lo que en estos momentos la llamamos «décima salmantina», pese a quien pese, mientras la investigación sigue abierta.

Por todo ello nos hace muy felices, a quienes escuchamos y somos capaces de reproducir a la vez tanto la décima sola, como la controversia con otro poeta, repentistas, bien a pie de calle o en sus guateques y celebraciones, entre los poetas cubanos, o las glosas, de modo que hallamos placer tanto aprendiéndolas como enseñándolas, incluso por Internet. Sin ir más lejos, yo he editado tres libros de controversias con Odalys Leyva, en México y en España, con Francisco Henríquez y con María Jesús Lozano Cáceres, igualmente en España. Otra particularidad que podemos añadir a la glosa es que nosotros al menos, la hacemos «de pie quebrado», es decir: el primer verso de la redondilla, tiene que ser el último de la primera décima, el segundo verso de la redondilla sería el último verso de la segunda décima y así los demás sucesivamente, que es lo más normal como pueden constatar en el poemario.

Existen glosas con más décimas de cuatro, como por ejemplo las recientemente hechas por el elenco de poetas del Frente de Afirmación Hispanista, que se han llamado «Glosas del paraíso» (I, II y III), recientemente editadas en la revista Norte y representadas en México por sus autores, siendo la que suscribe representada por Laura Sobredo. Estas glosas han llegado a tener diez décimas, puesto que glosaban precisamente a una décima completa, y con sus pies quebrados, como correspondía.

Considero que es hora de reunir las glosas que he hecho a partir de coplas de Fredo Arias de la Canal y otros autores, textos que han ido apareciendo en la revista Norte. Deseo que ustedes, lectores, lo pasen bien.