Solo de trompeta

soledad

La soledad tiene cuatro silencios

como los cuatro vientos

y los cuatro caminos.

Es una encrucijada

de verdades oscuras

y de mentiras locas,

y de aquí parten,

para encontrarse nunca,

senderos que van a las estrellas

y a las callejas turbias.

La soledad es un hombre con un abrigo negro

que pide copas en un bar,

sorbiéndose,

deprisa o lentamente,

hasta que se van todos,

que no son para él

más que sombras translúcidas

a través de las cuales

mira sus propios sueños.

La soledad

es un espejo opaco

al que llamamos cuerpo

que puede hacerse añicos

por el golpe de fuerza

de un dolor invisible

sin que nadie lo note.

La soledad

es un monstruo de millones de caras

que con indiferencia nos persigue

en su enorme sustancia

amorfa y violenta:

cuando lo vemos cerca,

casi gemelo

de nuestro propio rostro,

sentimos el vacío

de la mirada colectiva

y cerramos los ojos.

La soledad

es un niño

que teme y necesita

y mira desde abajo,

al hombre incomprensible.

desde la vida

Lo mismo que nosotros

a Dios.

Del libro Astrología interior. “Antología poética” (Ediciones Deslinde, Madrid, 2019).